Deglución atípica

Valoración del paciente: recopilamos información detallada sobre los hábitos alimenticios, problemas de deglución, historial médico y factores contribuyentes.

Examen oral-motor: evaluamos los movimientos de la lengua, labios, mejillas y mandíbula durante la deglución y otros procesos orales.

Observación de la deglución: observamos la forma en que el paciente traga, buscando signos de deglución atípica, como empujar la lengua contra los dientes.

Evaluación de la función respiratoria: puede ser importante para determinar si hay una relación entre la deglución atípica y la respiración.

Objetivos específicos: establecemos metas claras y específicas para el tratamiento, como corregir la posición de la lengua durante la deglución o fortalecer los músculos orofaciales.

Ejercicios y técnicas personalizadas: diseñamos ejercicios específicos para abordar las áreas problemáticas, como ejercicios de fortalecimiento, coordinación y movilidad de los músculos orofaciales.

Establecimiento de rutinas de práctica: establecemos rutinas de ejercicios y prácticas regulares que el paciente puede llevar a cabo en casa para mejorar la eficacia del tratamiento.

Educación y orientación al paciente y la familia: proporcionamos información sobre la deglución atípica y se enseñan técnicas para corregirla, involucrando a la familia en el proceso.

Terapia de modificación de conducta: utilizamos técnicas de modificación de conducta para ayudar al paciente a reemplazar el patrón de deglución atípica con uno más adecuado.

Feedback y reforzamiento positivo: proporcionamos retroalimentación constante y se refuerza el progreso del paciente para mantener la motivación y la adherencia al tratamiento.

Técnicas de facilitación: utilizamos técnicas específicas, como el modelado y la guía manual, para facilitar la correcta ejecución de los movimientos durante la deglución.

Monitorización del progreso de la función de deglución: realizamos evaluaciones periódicas para medir los avances y ajustar el plan de tratamiento según sea necesario.

Adaptaciones y modificaciones: estamos totalmente preparados para modificar las estrategias y ejercicios según la evolución del paciente y las necesidades cambiantes.

Colaboración interdisciplinaria: en algunos casos, puede ser necesario trabajar en conjunto con otros profesionales de la salud, como ortodoncistas o dentistas, para abordar aspectos específicos.